martes, 15 de abril de 2014

LUNES SANTO




Despierto con una chicotá valiente en mi retina, atento al murmullo que forman las plegarias allá
a lo lejos, donde a los pies de mi Sra. de la Cinta se despierta el sueño cofrade, inspirado en perdonar
aquellos pecados desagraciados que cometemos día a día.







. 
Despierto y puedo ver como un barrio vestido de blanco amamanta la sed cofrade que derrocha
el hijo de Dios con misericordia en la mirada, pues fue el ultimo aliento del maestro el que se derramó
en su mirada, acercándonos así un pedacito de cielo, que de manos atadas cautiva el sentir más
profundo del alma cristiana.
















Despierto en el Polvorín junto a esos vientos de amor aireados de una pena que se nos clava
como astilla en el corazón, pudiendo ver su cara mutilada que en aquella cuesta no lejana de
mi barrio hace que pierda la cordura del sentir cofrade que recorre mis venas, en un suspiro,
en una caricia de aire de primavera.





















Despierto al anochecer y me percato que un solemne silencio hace ímpetu allá en una calle del centro
de mi Huelva, donde solo la voz del capataz irrumpe las plegarias silenciadas por el hombre para hacer oración a una conciencia culpada por lo allí sucedido.












Por eso que me despierto un Lunes Santo viendo en la mirada de Rocío y Esperanza el amor
hacia su hijo cautivo, al que ve con pena recorrer el mismo calvario una vez más perdonando
con misericordia las deudas que nos avergüenzan.



El Corriente De Quinta

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