miércoles, 25 de abril de 2012

La madrugá




Cuando el frío de la madrugada arreciaba, se abrieron las puertas de la Purísima
Concepción,
 


             sonaba la marcha real, la Cruz de Jerusalén salía a la calle,

             
             minutos después nos regalaba con su inmensa ternura la imagen del
             señor de Huelva













                 Al compás del sonido inigualable de su banda ,



                 y el arrastrar de cadenas descalzas



          Amargura nos consolaba las penas con su impresionante palio,
          siempre acompañada de San Juan Evangelista











               y unas humildes lagrimas de buen costalero viejo.


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