Esta tarde ya nada tiene remedio, todo lo escrito ya ha sucedido
y el inocente una vez más ha sido sacrificado ante la mirada
del pueblo.
Jesús camina ya sin vida sobre el alma de sus costaleros, María
no puede encontrar consuelo y es llevada
por cuadrilla de hombres ocultos entre negro terciopelo seguida de madres que
lloran su misma pena.
En la oscuridad de una canastilla en el silencio grito
fuerte para que me puedas escuchar:
Que no me falten las fuerzas padre para seguir tu camino,
que mi pisar sea
siempre fuerte y no me tiemble las piernas ante el pesar de la vida.
Que mi destino me lleve siempre cerca de ti, de tu bendita
mirada, esa que siempre me sirve de guía en mis noches oscuras y sea así asta el fin
de mis días.
El Corriente De Quinta
El Corriente De Quinta