Como pueden decir tan fríamente que ya no te quiero
por el mero hecho que ya no voy bajos tus palos,
que salgo en otro barrio,
que el Viernes Santo casi ni aparezco
que corro por las calles viendo otros pasos,
Incautos e inconscientes.
Que sabrán ellos lo que mi corazón siente,
como se puede olvidar tan fácil
los momentos vividos a tu vera,
bajo tus andas aquel niño se hizo hombre.
que el viernes no aparezco?
que sabrán ellos lo que yo siento
que los celos me corroen por dentro
que ni respirar puedo tan sólo al pensar que otro está en mi puesto,
que se me rompe el alma cuando te veo en tu trono negro
que ya no brilla como el dorao de mis glorias pasadas
aquel que mis hermanos fundadores labraron con tanto esfuerzo.
Como podría olvidarme de aquel día,
sentado en un banco de la Mayor de San Pedro,
el hijo de Dios hecho hombre, yacía en mis brazos
como si fuera mi propio hijo,
Podía sentir cada astilla de tu cuerpo dolorido
Por el castigo del hombre
quizás por un momento pude sentir lo mismo
que sintió aquel imaginero, que con la gubia descubrió
lo que sobraba de aquel árbol,
aquel ciprés que tanto tiempo guardó fielmente
las llaves del cementerio de mis ancestros,
de mi gente, la gente de mi Huelva que tanto quiero
saldré por mil barrios pero jamás
olvidare mi San Pedro bendito,
sacare mil pasos de misterios o de palios
pero no podrán ni siquiera que tú caigas en el recuerdo
porque siempre seré tuyo por dentro,
costalero de mi Descendimiento.
EL CORRIENTE DE QUINTA